Riaza Los Gayumbos desde 1990

Anticuarios, decoradores, prestigiosos nombres de profesionales del sector, como Luis Puerta, Pepe Leal o Isabel Cantos, Youtopia o Restelo se reúnen en

Riaza

el próximo sábado en una experiencia pionera que se impregna del espíritu de los tradicionales `vacía graneros´ franceses o desembalajes. La misión: intercambiar experiencias y, sobre todo, comprar y vender las piezas expuestas en lo que será la primera edición del Mercadillo de Antigüedades, Vintage y Decoración de

Riaza

, en el que colabora el propio Ayuntamiento.

«Se trata de encontrar un punto en común entre las antigüedades más tradicionales, con piezas de estilo vintage del siglo XX e incluso otras de diseño más actual para demostrar que el eclecticismo triunfa», explica la organización del evento, al cuyo frente está el interiorista Fernando Tapia.

-¿Cómo surge la idea?

-De mi propia afición a los mercadillos de toda índole y en especial de antigüedades. De visitar mercadillos y desembalajes en Francia, donde hay una mayor tradición de este tipo de eventos y de la esperanza de que esta tradición poco a poco se implante en España. En Francia organizan todo tipo de mercadillos, no solo de profesionales, sino de particulares que venden sus viejos objetos, juguetes, accesorios, etcétera. Los llaman `vacía graneros´ y tienen gran éxito. En Inglaterra y América, cada cierto tiempo, los vecinos de un barrio sacan a la calle todas sus cosas viejas y las ponen a la venta con la esperanza de que un vecino necesite algo que ellos ya no quieren. En el fondo, es una forma de reciclaje. La idea era mezclar estos conceptos con los profesionales del sector que quisiesen vender cosas, no solo anticuarios sino también decoradores y diseñadores. El contenido más amplio de los profesionales puede ayudar a los particulares y al mismo tiempo se crea una dinámica de compra y venta entre los particulares y profesionales... En el fondo unos no tienen sentido sin los otros.

-¿Qué es lo que se puede encontrar quien asista al mercadillo?

-El objetivo es unir a profesionales del sector de las antigüedades y la decoración, así como a particulares con un interés por este tipo de productos, y juntos crear un punto de venta común donde los visitantes puedan comprar y al mismo tiempo se pueda demostrar que piezas de distintas épocas pueden convivir. Demostrar una vez más el éxito del eclecticismo. Se tiende a pensar que las antigüedades son una cosa para gente mayor y lo cierto es que existen muchos estilos que se pueden adaptar a muchos tipos de casa y edades. Al mercadillo se han unido, como es lógico, anticuarios de piezas antiguas, pero también algunos especializados en piezas vintage y del siglo XX y también gente dedicada a piezas contemporáneas. Habrá también un puesto de tapicería, donde se venderán muebles modernos y retales de telas o cojines; puestos especializados en piezas para jardín; profesionales de la restauración de mobiliario; la anticuaria y artista Gracia Martínez del Peral expondrá una serie de fotografías; vajillas pintadas a mano y una gran variedad de objetos curiosos y de toda índole.

-¿Es complicado y reunir todas las piezas que se ofrecerán el sábado?

-Este mercadillo, al igual que muchos desembalajes, se ha centrado en las antigüedades, el vintage y la decoración. Esa ha sido la única premisa a la hora de convocar a los participantes, profesionales o no. No ha existido, como en otras ferias, limitaciones respecto al tipo de pieza y antigüedad de la misma. Todo encaja y tiene cabida: desde un retablo antiguo del siglo XVIII hasta una fotografía contemporánea pasando por una lámpara de los 50. Los profesionales se unieron rápidamente a la iniciativa y los particulares, a pesar de un cierto pudor por vender sus viejas cosas, finalmente se fueron uniendo al ver que si aglutinaban sus piezas en muchos casos la calidad de las mismas era alta y justificaba su venta.