Riaza Los Gayumbos desde 1990

Apuró hasta las 23.15 horas para valorar los peores resultados del PSOE en Castilla y León. Con los ojos enrojecidos y el gesto serio pero con decisión, el candidato socialista a la Junta de Castilla y León y diputado por

Segovia

,

Óscar López

, salió del despacho cuando la pérdida de las Alcaldías de León y Palencia era irremisible y todavía estaba

Segovia

en situación de empate técnico.

En la sede de la avenida de Medina del Campo prácticamente solo estaban los trabajadores del PSOE y los periodistas. Apenas llegaron algunos militantes incluso alguna despistada preguntaba que «si ya se habían ido todos», cuando en realidad fueron muy pocos quienes estuvieron desde que cerraron los colegios electorales aguantando el tirón: el diputado Jesús Quijano, la número uno en la lista de las Cortes, Ana Redondo, la esposa y la hija pequeña del candidato -que dormía plácidamente en uno de los despachos a la hora en que su padre se enfrentó a la prensa- y el secretario de organización, Pedro José Muñoz. Él fue el primero que vaticinó que no iba a ser la mejor noche para el PSOE y así fue. Era una muerte que sabían anunciada, pero el ensañamiento no se esperaba después del trabajo realizado durante 6.000 kilómetros de la campaña.

A medida que la pantalla grande instalada en el vestíbulo de la sede iba desgranando escrutinios provisionales, el silencio en los despachos era mayor. López solamente salió tres veces del despacho: una, para hablar por el móvil y la segunda, para fumarse un cigarrillo. A la tercera se enfrentó a los focos: «Primero quiero felicitar al PP y a Herrera por su victoria», arrancó, para después «renovar» su compromiso «con esta tierra y desde mañana para lograr el cambio en 2015». También manifestó que en las Cortes realizará «una oposición responsable para defender los intereses de los castellanos y leoneses, porque aspiramos a gobernar esta comunidad». Después, en la sede provincial, se dirigió con entereza a los militantes: «No soporto ver a un socialista llorando y tampoco que los que están en el origen de la crisis salgan beneficiados», manifestó. «La izquierda necesita un rearme ideológico», remachó.