Resurgen las iniciativas para conseguir la reapertura de la línea Madrid - Burgos, cerrada desde el año 2011
Línea Madrid - Burgos, en una imagen de archivo. / Juan Martín
De nuevo, la reapertura de la línea férrea de Madrid a Burgos por Aranda de Duero vuelve a estar sobre el tapete. Distintas voces de las tres principales provincias afectadas (Madrid,
Segovia
y Burgos) vuelven a exigir el regreso de los trenes.
“Tenemos que presionar entre todos para conseguir la reapertura de la línea”, decía ayer el alcalde de Campo de San Pedro, Diego López. Él reconoce sentir “tristeza” al ver el estado en que se encuentra la estación de su pueblo, abandonada, y la vía, “destrozada”, pero se resiste a dar la batalla por perdida, consciente de que el futuro de Campo de San Pedro podría depender del tren. “Si lo consiguiéramos (la reapertura), estaríamos abriendo las puertas para que se instalasen empresas aquí, en nuestro polígono industrial”, defiende López. “Tener tren es tener industria, así que es fundamental luchar por lo primero”, agrega el regidor, quien resume la situación actual de Campo de San Pedro en dos frases: “Nos sobra terreno y nos falta población”.
Inaugurada en 1968, dicha línea soportó un importante tráfico durante dos décadas, hasta que en los años 90 entró en declive. El golpe de gracia fue en marzo de 2011, cuando se produjo un desprendimiento en el túnel de Somosierra, dejando sepultada una máquina bateadora encargada de efectuar trabajos de mejora de la línea. De forma sorprendente, el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) optó por no reparar el túnel. Y el año pasado, 2015, decretó el cierre definitivo de la única estación intermedia que permanecía operativa, la de Aranda de Duero, una decisión criticada con dureza, en especial en la provincia de Burgos.
A principios de 2016, la denominada `Plataforma por el Ferrocarril Directo Madrid - Aranda de Duero - Burgos. Línea 102´ emprendió diversas acciones para dar a conocer sus peticiones. Su presidente, el arandino Jorge Núñez, explicó ayer a esta Redacción que el colectivo continúa trabajando. Su próximo paso es elaborar un estudio sobre la viabilidad medioambiental de la línea Madrid - Burgos. De igual forma, está a la espera de recibir asesoramiento de la Unión Europea sobre cómo se podría reabrir la línea. Y también confía obtener en breve información de la Junta de Castilla y León sobre posibles avances en el asunto.
Al parecer, las peticiones para la reapertura de la línea no han caído en saco roto. A mediados de septiembre, la Junta emitió una nota de prensa, en la que indicaba que su consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Álvarez-Quiñones, y el de Transportes, Vivienda e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid, Pedro Rollán, habían mantenido una reunión en la que, entre otros asuntos, habían coincidido “en la conveniencia de poner a punto la infraestructura ferroviaria existente entre Madrid y Aranda de Duero”. En tal encuentro, ambos “acordaron trasladar al Ministerio de Fomento y a ADIF, administrador de la infraestructura, el interés de ambas comunidades autónomas por revitalizar esta línea”.
Esta Redacción ha intentado, en las dos últimas semanas, recabar información de ADIF sobre sus planes para la mencionada línea de Madrid a Burgos, sin haber recibido ninguna respuesta.
El silencio de ADIF contrasta con las palabras que se escuchan en la comarca Nordeste de Segovia. “La reapertura de la línea sería de vital importancia para la comarca”, indicaba ayer la alcaldesa de
Riaza
,
Andrea Rico
, claramente posicionada a favor de quienes quieren volver a ver trenes pasando por las vías. “En
Riaza
—relata— el tren sí generaba antes puestos de trabajo”. Y hoy, entiende que la reapertura requiere de “voluntad”, pues “el coste de adecuación de la vía no es muy elevado”. Además, Rico advierte que la línea genera múltiples beneficios ambientales, como su posible contribución a la reducción de las emisiones de CO2 a la atmósfera, siempre y cuando se convierta en una alternativa para el tráfico de mercancías por carretera.
El futuro de la línea férrea Madrid - Burgos está todavía por ver. Aunque no faltan quienes creen imposible resucitar la línea, no es menos cierto que el hecho de que el tramo entre Aranda de Duero y Burgos esté ahora operativo y recibiendo circulaciones diarias de material siderúrgico procedente del puerto de Pasajes, abre una puerta de esperanza. De hecho, ese reinicio de las circulaciones entre Aranda de Duero y Burgos ha reavivado la demanda de las tres provincias afectadas para que se efectúen las obras necesarias en el tramo actualmente cerrado al tráfico, con el fin de que puedan circular tanto trenes de mercancías como de viajeros.
“Si se me pregunta por qué hay que reabrir la línea —señalaba ayer el presidente de la plataforma que persigue ese objetivo— digo que por responsabilidad y porque beneficiaría a180.000 personas; es por tanto una necesidad económica y social que se debe atender”.
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