Un año más, los sepulvedanos, ataviados con trajes medievales, llenaron las calles de la villa junto a los cientos de visitantes que recibió el municipio en la celebración de la XXXII Feria y Fiesta de los Fueros.
Este fin de semana
Sepúlveda
retrocedió más de 900 años en la historia para volver a la época de su fuero. Una época en la que, como se pudo vivir durante el sábado y el domingo, el mercado y sus artesanos eran el centro de la vida social, alrededor de los cuales se desarrollaban otras actividades, como las actuaciones musicales y teatrales.
Historia, artesanía, derecho y tradiciones se han dado cita durante dos días en la Fiesta de los Fueros de Sepúlveda. Una fiesta que este año estaba dedicada a la Trashumancia y la Mesta, una de las actividades que aparecen ya reguladas en dicho ordenamiento jurídico. Raquel Casas Nogales, Vicepresidenta de la Asociación Concejo de la Mesta, fue la Ilustre Pregonera de este año, en representación del citado Concejo, “de sus mayorales y rabadanes, de sus pastores y zagales, que conducimos los ganados ovejunos, cabrunos y vacunos recorriendo toda España para velar por la custodia de las cañadas, los cordeles y las veredas, de las aguas, las hierbas y los montes” apuntó durante el pregón. Los pastores trashumantes atravesaban, cada primavera y cada otoño, estas tierras mucho antes de la existencia, incluso, de la propia Castilla, como señaló Casas: “hace ya más de siete mil años que nuestros antepasados trazaron los primeros caminos de España, entre los vados de los ríos y los puertos de las montañas, modelando con sus ganados los paisajes de los valles y las sierras que ahora admiramos”. En los años en que el Fuero fue otorgado a
Sepúlveda
, “las cabalgadas de sus milicias concejiles aportaron desde tierras de moros rebaños de carneros que permitieron mejorar la calidad de nuestras ovejas, hasta llegar a producir la lana más fina del mundo. Por ello, el rey Alfonso X “El Sabio”, creó en 1273 el Honrado Concejo de la Mesta”, pregonó Casas. La importancia de la actividad trashumante en la Comunidad de Villa y Tierra de
Sepúlveda
se debe, no solo al paso de diversas cañadas por su territorio, sino al hecho de que el lechazo asado sea su producto gastronómico por excelencia.
Durante dos días las actuaciones musicales, teatrales e infantiles se han dado cita en numerosos rincones del casco histórico de Sepúlveda. Juglares, cuentacuentos, cuadros teatrales, música tradicional y faquires son algunos de los espectáculos de los que han podido disfrutar sepulvedanos y visitantes, que no dudaron en vestirse de época para integrarse aún más en la fiesta. Una fiesta cuya celebración sería imposible sin la colaboración y participación desinteresada de muchos vecinos.
Los más de 50 artesanos venidos de todos los puntos de la geografía española con las más variadas artesanías fueron los encargados de mantener con vida un mercado medieval que cada año cuenta con más visitantes.
El punto más brillante de la fiesta se vivió el sábado por la noche, cuando a las 10 en punto, el toque de La Queda dio paso a los antorcheros que iluminaron con fuego las principales calles de la villa medieval, ofreciendo una imagen única y llena de misticismo.
El domingo, tras la lectura del Fuero en la Plaza de España, se ponía fin a la XXXII edición de la Feria y Fiesta de los Fueros, con los puestos de los mercados deseando abrir de nuevo para atender a su público.
Sepúlveda
comienza ahora una Semana Cultural durante la que se celebrarán talleres, presentaciones de libros, concursos de cocina y conferencias, entre otras actividades.
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