Riaza Los Gayumbos desde 1990

JOSÉ LUIS CUENCA ALADRO

Los restaurantes son lugares en los que vivir experiencias gratificantes. No sólo vamos a ellos para calmar nuestra necesidad de comer, de nutrirnos. Eso lo podemos hacer en muchos lugares. Pero hay otros sitios en los que buscamos un "plus", algo más. Además de comer bien, de quedar satisfechos y de salir del establecimiento con la sensación de haber empleado bien el dinero, hay otros establecimientos en los que esperamos un placer distinto. El placer que nos proporciona una cocina especial, hecha con la intención de provocar en nosotros una reacción que vaya más lejos de la mera consumación del acto de comer.

No sólo quieren que pasemos por una experiencia diferente a la hora de comer. Su intención es la de proporcionarnos una realidad distinta, especial y sugerente, desde el momento en el que entramos por su puerta. Cuidando todos los detalles, dándole importancia no sólo a la cantidad de lo que comemos, sino a las diferentes combinaciones, y naturalmente a la calidad del servicio que se sirve en las mesas.

Eso es lo fundamental. Y no es tan fácil porque hay quien considera que el éxito de un restaurante consiste en una buena fachada y en la presunción de una calidad del producto que no es tal y que tan sólo se basa en la vistosidad y la cantidad de la misma. Y no se trata de eso. Es algo bien distinto. Es tener gusto en las combinaciones, originalidad, capacidad de sorpresa, y que al mismo tiempo evoque una cocina con raíces, sin necesidad de artificios inútiles. Hay que tener presente que hoy por hoy la restauración se ha convertido en un ámbito sobre el que todos hemos vuelto la mirada. La difusión de la cocina por parte de los cocineros más mediáticos ha subido el nivel de exigencia del comensal, y por tanto, esto obliga a los cocineros a esmerarse y trabajar para mejorar día a día en su tarea. El cliente siempre debe quedar satisfecho.

Muchos de nuestros restaurantes segovianos han alcanzado prestigio internacional, poniendo el foco de su trabajo en la elaboración de platos derivados de creaciones antiquísimas y sencillas, con un indispensable toque de autor, si bien, no hay que despreciar la llegada a nuestro país de otras culturas culinarias. Y mucho menos teniendo en cuenta nuestra pertenencia a un mundo cada vez más globalizado. Pero el carácter y la personalidad propia es importante mantenerla.

La profesionalidad de los chefs, los maestros de sala, los sumilleres, en el manejo de todos los detalles que hacen al cliente sentirse realmente a gusto y percibir que está viviendo un momento realmente especial, es fundamental para que el hecho de ir a comer, de salir a cenar, sea un evento importante en nuestra agenda de ocio.

Todo, desde el trato amable, hasta la decoración, la forma de servir los platos, de presentarlos, y por su puesto, la calidad de sus productos y el arte en combinarlos, convierte a esos lugares emblemáticos de

Segovia

, por todos conocidos y que sería interminable enumerar aquí, en especiales.

Ahora que estamos en plena celebración de la XX Semana de la Cocina Segoviana que organiza la Asociación de Industriales Hosteleros de

Segovia

, es una magnífica ocasión (siempre lo es) para salir y visitar nuestros mesones, asadores, restaurantes y tabernas ilustradas, para degustar la excelencia de nuestra gastronomía segoviana, de nuestra "Tierra de Sabor".