Riaza Los Gayumbos desde 1990

La mayoría de ustedes recordarán, no sin nostalgia por el tiempo transcurrido, aquel mítico spot publicitario que se hizo muy popular en la televisión de los años 90 y que protagonizó Jesús García Velasco, entrañable vecino del municipio de Majaelrayo, situado al otro lado de la Sierra Norte de nuestro Sistema Central, de las montañas de la Sierra de Ayllón. El anuncio tenía como objetivo principal la publicidad de un modelo de coche todoterreno de la compañía japonesa Mitsubishi. El diálogo que mantiene Jesús, en su papel de hombre de las montañas alejado de la civilización, con los supuestamente perdidos excursionistas, fue todo un prodigio de talento imaginativo. En un momento dado, nuestro protagonista demanda de sus "visitantes" información relativa al Real Madrid: "Y el Madrid, ¿qué? Otra vez campeón de Europa, ¿no?" Daba por hecho el bueno de Jesús (el personaje que él interpretó a las mil maravillas, claro) que el Real Madrid seguía ganando Copas de Europa como siempre, como a mediados de la década de los años 50. Y no era así porque desde 1966 no había vuelto a ganar el equipo blanco otra Copa de Europa. Tuvieron que transcurrir 32 años hasta que llegó la siguiente: la Séptima (en Ámsterdam el 20 de mayo de 1998) que coronó al montenegrino Mijatovic como héroe indiscutible de aquella noche inolvidable. Luego llegarían otras cuatro (París, Glasgow, Lisboa y Milán el pasado año).

El caso es que nos encontramos de nuevo a las puertas de lo que la anécdota del anuncio daba por sentado y que les acabo de recordar: el Madrid puede proclamarse campeón de Europa (la UEFA Champions League, ahora) el próximo el próximo sábado 3 de junio en el Estadio Nacional de Gales en Cardiff con permiso de la "vecchia signora", la Juventus de Turín. Sería la Duodécima, con la que ya tendríamos seis en blanco y negro y otras seis en colores. La pera limonera. El no va más. Lo nunca visto.

El Real Madrid, mientras tanto, acaba de proclamarse campeón de Liga con todo merecimiento. Era el principal objetivo de la temporada 2016-2017 porque nuestra Liga es el auténtico campeonato de la regularidad, el mejor broche final, la credibilidad innegable para una afición acostumbrada a los éxitos, las letras imborrables que se quedan añadidas a la historia de una Sociedad... Y suma y sigue. Ya van 33. ¡Ahí es ná!, como diría un castizo del foro madrileño. La misma fiesta, la misma ilusión (si acaso corregida y aumentada), el mismo protocolo y los mismos propósitos que sueñan con repetir las canciones en la inminente ocasión que se presenta en Cardiff de ganar la finalísima. Las fuentes de La Cibeles en Madrid y La Jacinta en

Riaza

ya están listas para la apoteosis de la noche del 3 de junio.

¿Y cómo llega el Real Madrid a la final del día 3? Pletórico, a tope físicamente y con la autoestima por las nubes. Con sus dos jugadores estrellas del momento, Isco y Cristiano, en su mejor momento de la temporada, y el resto (Marcelo, Carvajal, Ramos, Modric, Keylor, Kroos, Benzema, Lucas, Asensio y Morata) en plena forma. El Madrid es claro favorito por mucho que se diga que en una final no lo hay. Ya sé que la Juventus es un serio rival, que también llega de ganar su campeonato nacional y que lleva el "scudetto" bordado en sus camisetas, pero el Madrid es muy superior hoy por hoy (comparen si no...Higuaín, Mandzukic y Dybala frente a Cristiano, Bale, Isco, Benzema y compañía). Naturalmente en fútbol puede pasar de todo, pero creo que no habrá sorpresas en esta ocasión. Ojalá que así sea. En cualquier caso, lo deseable es que el partido en tierras británicas sea una fiesta del fútbol y que todos los que asistan a Cardiff la puedan disfrutar en paz.

La imagen del Real Madrid, amigos, es el valor más preciado que tenemos. Es una imagen que hemos conformado a lo largo de casi 115 años de historia inmaculada (exceptuando los 3 en que Mourinho se sentó en el banquillo de entrenadores para desgracia nuestra). Una imagen que debemos seguir cuidando conscientes del enorme tesoro que hemos heredado de nuestros mayores. Es su gran legado. Y a ella, a la imagen del Real Madrid, debemos supeditar todas nuestras actuaciones. Absolutamente todas.

El Real Madrid es respetado en todo el mundo por algo, porque sus valores se han ido transmitiendo de generación en generación, convirtiendo su escudo y su camiseta en iconos universales. Además, la institución blanca ha sido capaz de incorporar a esos valores el esfuerzo por combatir la desigualdad. La Fundación Real Madrid es el alma de nuestro club y presta atención a cerca de 50.000 niños y niñas en riesgo de exclusión con sus más de 260 escuelas sociodeportivas repartidas por todo el mundo. El Madrid está al lado de los más vulnerables, trabajando por un mundo sin fronteras y sin barreras. La Fundación, que se creó a finales del pasado siglo (en septiembre de 1997 siendo presidente D. Lorenzo Sanz) es una demostración permanente de superación y entrega. Ésa es la esencia de la misma.

El compromiso del Madrid, de su Fundación, con los niños, con los mayores, con los enfermos, con las personas que tienen capacidades diferentes, con los reclusos, es para quitarse el sombrero. En territorios donde se requiere lo mejor del ser humano, en zonas de conflicto, en centros penitenciarios. Allí está siempre presente el Real Madrid. Nuestra camiseta es la camiseta de la Solidaridad. Y esta es una labor encomiable de la Fundación Real Madrid que yo quiero poner ahora y aquí en valor por si algunos de ustedes lo desconocían.

Porque no todo consiste en jugar y ganar, que también, hay otras cosas igualmente importantes. Por eso el Real Madrid es mucho más que una institución deportiva, más que un club. Ya lo creo. Además de sus títulos logrados a través de su brillantísima trayectoria deportiva en los terrenos de juego del mundo entero. Desde luego, consolidar ésa trayectoria con una victoria en la final de Champions sería lo ideal. Y en esas estamos todos los madridistas...en España, en Madrid, en

Segovia

, en

Riaza

, en Fresno, en

Sepúlveda

o en Ayllón. ¡¡Hala Madrid y Nada Más!!

Posdata: Este sábado juega nuestra querida Gimnástica Segoviana en La Albuera frente al filial del Málaga, el Atlético Malagueño. Llevan ventaja los de la Costa del Sol (1-0). Pero nada es imposible, y menos aún contando en el banquillo con ese pedazo de entrenador que se llama Abraham García, hijo de "Juanjo", el que fuese mítico técnico que llevó al Castilla a la final de la Copa del Rey en 1980 nada menos que ante sus mayores: el mismísimo Real Madrid que entrenaba Boskov. De tal palo tal astilla. La segunda B espera.