Riaza Los Gayumbos desde 1990

La receta electrónica arrancará en octubre o noviembre en los centros de salud de

Riaza

y

Sepúlveda

, desde donde se extenderá a toda la geografía provincial, primero en el medio rural para terminal en

Segovia

capital. Los centros de salud y las farmacias se incorporan así a una fórmula que lleva años funcionando en el resto de las comunidades autónomas del país con éxito y que ya ha iniciado las pruebas en la provincia de Valladolid, en los centros de salud de Portillo y Cigales. Este sistema permitirá a los enfermos crónicos pasar a recoger su medicación por la farmacia sin necesidad de visitar antes al médico de cabecera y al resto de usuarios lograr sus fármacos prescritos sin necesidad de receta.

La nueva prescripción tiene un funcionamiento sencillo; el paciente no va a notar grandes cambios. Al final de la consulta, cuando antes su médico le entregaba varios papeles con los diferentes medicamentos que tenía que comprar en la farmacia, ahora solamente recibirá uno, la hoja de tratamiento donde se especifica la dosis y, si fuera necesario, la próxima revisión. Ya no hay que llevar la receta propiamente dicha, que era el método de comunicación entre el médico y la farmacia; ahora la información se traslada automáticamente a la tarjeta sanitaria, que posteriormente el paciente entrega en la oficina de farmacia donde vaya a comprar los medicamentos. Allí, la tarjeta pasa por un lector y en el ordenador aparece la lista de medicamentos y la dosis que hay que entregar al paciente. «Hay muchas veces que la gente se confunde y enseña la tarjeta pensando que sus recetas están metidas ahí en la banda magnética o en el chip; pero no, las recetas se almacenan de forma digital en un ordenador central», explica el presidente del Colegio de Farmacéuticos de

Segovia

, Francisco Javier Alcaraz. Desde que recibe la prescripción, el paciente tiene un periodo de diez días para comprar la medicación en la farmacia.

Todo son ventajas, en especial para el usuario, señala Alcaraz. Los pacientes crónicos, que tienen que retirar su medicación cada semana o cada quince días, ya no tendrán que acudir continuamente al médico. Por ejemplo, si toman de forma crónica medicamentos para el colesterol o para la diabetes, el médico puede hacerles una prescripción para tres, seis o incluso doce meses. De esta forma, además, el médico queda liberado de esa tarea y puede invertir más tiempo para atender a los demás enfermos. De hecho, se calcula que la receta electrónica aumentará un 30% el tiempo dedicado a los pacientes. Otra de las ventajas es económica. Hasta ahora los pensionistas, debido al copago, tenían que pedir un reembolso cuando rebasaban el tope de gasto y esperar a que se lo concediesen. A partir de ahora, al automatizar el sistema para dispensar los medicamentos, cuando se llega al tope de gasto ya no se paga ese porcentaje.

La implantación de la receta electrónica ha sido tardía en todas las comunidades, a excepción de Andalucía, que lleva diez años ofreciendo el servicio. En los últimos tres años, muchas comunidades se han sumado a este sistema, entre ellas Aragón, Castilla la Mancha, Cantabria y ahora Castilla y León.

«Esta Comunidad tiene un hándicap, que es la cantidad de puntos que hay en el territorio. Hay casi 3.500 consultorios locales que dificultan mucho la implantación de la receta electrónica desde el punto de vista administrativo», señala Alcaraz, quien apunta que «será muy difícil cubrir los 3.500 puntos, ya que hay pueblecitos muy pequeños, con sitios de hasta solo 10 habitantes». Una dispersión geográfica que encarece el proceso de implantación, de ahí la demora.

De los extremos al interior

En

Segovia

, la evolución diseñada comenzará en las localidades de

Riaza

y Sepúlveda. Otros puntos de salida serán Cuéllar, en el norte, y San Rafael, en el sur. Pasando por Nava de la Asunción, Carbonero, Cantimpalos, el sistema irá cerrándose hasta llegar a

Segovia

capital, que es la última parada. La previsión del Colegio de Farmacéuticos de

Segovia

es que desde la primera zona de implantación hasta la última haya un periodo de quince semanas. «En cuatro meses, desde que empiece en un sitio hasta que se incorpore en

Segovia

capital, lo habremos hecho», señala Alcaraz. El motivo de este diseño es que se conoce de antemano cómo ha funcionado este proyecto en otras zonas, lo que permite no cometer los mismos errores. «En los otros sitios donde hemos preguntado cómo lo han hecho, y fue al revés, llegaron a la conclusión de que la gente de los pueblos es más difícil que vaya hasta la capital de provincia para coger la receta. Que todas las capitales de provincia sean las últimas en establecer el sistema provoca menos conflictos».

Inversiones de hasta 3.000 euros en las farmacias sin equipos adecuados

Con la implantación de la receta electrónica, las farmacias tendrán que adaptar los equipos, es decir, sustituir aquellos ordenadores que no tenían capacidad para conectarse a una cierta velocidad. Los que no eran muy antiguos han tenido que incorporar una tecnología añadida –como unos lectores específicos para las tarjetas sanitarias– para poder prestar el nuevo servicio. Según explica Alcaraz, «la tecnología añadida en la parte de las comunicaciones es muy importante. Ya la hemos ido incorporando en otras farmacias a partir de un acuerdo con Vodafone; ya tenemos en casi todas los routers de conexión y una red privada y segura, que es como un Internet privado, ya que al ser datos de salud tienen que estar protegidos y no pueden circular por la red normal. Una vez que toda la parte tecnológica y toda la inversión en equipos esté hecha, el aprendizaje como tal, en relación con la forma de hacerlo, va a ser muy corto».

En el caso de farmacias que no cuenten con ningún aparato competente, es decir, que no dispongan de un ordenador con un programa de gestión, escáners o impresora, la inversión a realizar puede alcanzar los 2.000 o 3.000 euros.

En cambio, si una farmacia ya cuenta con los ordenadores y programas de gestión, la adaptación es mucho más fácil, ya que la incorporación de los nuevos lectores y las nuevas comunicaciones supone un gasto bastante más pequeño. «No es una inversión igual para todo el mundo. Depende mucho de la tecnología previa que tuviera cada farmacia», explica Alcaraz.