Riaza Los Gayumbos desde 1990

Primavera 2024

El tiempo - Tutiempo.net
 Usuarios registrados: 679
Usuario
Contraseña
Visitas: 12.100.850   
Estas en:
  Actualidad
Palabras:   Fecha:   Buscar
<< Volver
[TURISMO]
lunes, 20 de octubre de 2014 12:00
Visitas: 1602
Este otoño vamos a... El hayedo de La Pedrosa
Fuente de la Noticia:  
elpaisajeperfecto.com
Me Gusta  2  Les Gusta
No me Gusta  0 No les Gusta

Introducción...

Llega el otoño, y todos nos volvemos un poco locos. Si podemos, salimos a fotografiar y si no,... nos estamos en casa lamentándonos por no poder hacerlo. Sea como sea, creo que el otoño es una época mágica para la fotografía de paisaje, las borrascas nos dejan tiempo revuelto, y eso significa oportunidades fotográficas; la estación avanza, y eso significa que los bosques comienzan a llenarse de atractivos colores. Suma oportunidades fotográficas y un bosque lleno de color y obtendrás la belleza de esta estación condensada en una imagen.

El año pasado fue el turno de un castañar, en concreto el que tal vez sea el más famoso de toda la península: el de El Tiemblo. Este año cambiamos de lugar para fotografiar pero no de ecosistema, ¿o acaso pensabas que en otoño hay algún sitio mejor al que ir que a un bosque? te recomendamos que si puedes te escapes al Hayedo de La Pedrosa, y sino te quedes en casa lamentándote, pero al menos disfrutando este completo artículo que te ofrecemos en El Paisaje Perfecto.

Un delicado rincón...

El Hayedo de La Pedrosa es uno de esos lugares a los que todo el mundo llama "encantador". Pero no olvidemos que, visto desde el punto de vista de alguien que va a ir con su cámara a fotografiarlo, es algo más que encantador: es una maravilla, es uno de esos rincones que encierran tal belleza que por instantes olvidamos la cámara y no podemos hacer otra cosa que disfrutar del espectáculo natural que nos rodea.



Muchos lo consideran el hermano pequeño del Hayedo de Tejera Negra, hay muchas diferencias entre ambos, pues el Hayedo de La Pedrosa es el único del Sistema Central que no cuenta con restricción de acceso como el citado o el de Montejo. Esta falta de restricción de acceso lo convierte en vulnerable, pues a pesar de su belleza y su singularidad, de momento tan sólo ha sido incluido en la Red Natura 2000, considero que un lugar como este requiere figuras de protección más amplias para asegurar su supervivencia. Pero tampoco sería necesaria una restricción de acceso porque, aún contando con un abultado número de visitantes en fechas otoñales, no puede llegar a hablarse de masificación.

Como hemos dicho, es uno de los pocos hayedos existentes en el Sistema Central, es por lo tanto, uno de los bosques de este tipo más meridionales de Europa. En esta situación geográfica, en latitudes en las que este tipo de bosques son algo fuera de lo normal, las condiciones climáticas son muy extremas, no tanto por el frío del invierno, situación a la que las hayas están perfectamente adaptadas, si no por el calor que pudieran llegar a tener que soportar en verano o por la falta de humedad durante periodos de ausencia de lluvias.

Imagen de Javier Garrido.


El hayedo se compone de varios grupos de árboles, la mayoría ejemplares medios, pudiendo encontrar algunos adultos de gran belleza e interés fotográfico. Aunque en la mayoría de lugares en los que se hace referencia al tamaño de este hayedo encontramos cifras muy abultadas, que hablan de superficies que sobrepasan el millar de hectáreas, en realidad, una medición personal a través de imágenes del SIGPAC encuentra más acertados aquellas cifras que rondan las 80 hectáreas de superficie recubierta de hayas. Estas manchas de bosque se encuentran situadas entre los 1500 y los 1700 metros de altitud, encontrando el lugar óptimo para el crecimiento en las laderas orientadas al norte de esta zona de la Sierra de Ayllón. Los fuertes y vogorosos troncos se aferran a inclinadas pendientes, encontrando, en muchas ocasiones, poco más que roca en la que dejar crecer sus raíces.



El hecho de que podamos continuas disfrutando de este paisaje en nuestros días es algo casi casual. Durante décadas, la principal actividad económica de Riofrío de

Riaza

, en cuyo término municipal se encuentra el hayedo, ha sido el torneado de la madera. Llegó a haber en la localidad 40 tornos activos trabajando la madera de haya. Como recuerdo de aquella época nos queda un torno y algunos ejemplares de que han adoptado un aspecto retorcido característico: se taló el árbol y de su base brotaron nuevos troncos adquiriendo un aspecto que nos puede llegar a parecer siniestro, pero para fotografiar son una delicia.

Refugiadas en un pequeño rincón umbrío del puerto de la quesera, sobrevive estoicamente este pequeño bosque de hayas que ha tenido que superar cambios climáticos producidos desde la última glaciación, incendios y la presión humana; pero hoy en día este tesoro natural se enfrenta a nuevos retos, por una parte, el creciente número de visitas dificulta la regeneración del sotobosque con nuevos individuos; y por otra, los cambios en el clima que está provocando el modelo energético-económico actual, basado en los hidrocarburos, hace que los posibles cambios en las condiciones de humedad y temperatura derivados de la desertificación pronosticada para la península ibérica, puedan provocar la desaparición estos hayedos.

Valores fotográficos...

Hay una serie de características que hacen de este hayedo un lugar especial, pero, por el simple hecho de ser un hayedo, y especialmente en otoño, goza de un prestigio exclusivo para el fotógrafo de paisaje. La hoja del haya es una de las paletas que ofrece una mayor riqueza cromática en otoño, desde el verde hasta el ocre, a medida que avanza la estación las hojas de estos árboles irán ofreciendo su gama de colores a nuestra cámara.

Las ramas retorcidas y entrecuzadas de las hayas de La Pedrosa. Imagen de Eduardo Sánchez


Siempre es interesante para el fotógrafo encontrar elementos únicos que le aporten a sus imágenes un toque de exclusividad, aquí, en el hayedo de La Pedrosa, es posible: encontramos en este lugar una serie de ejemplares retorcidos, un grupo de troncos de porte medio que parten de una misma base y que, como hemos dicho, crean un ambiente siniestro y particular, muy atractivo para fotografiar.

El haya, es el árbol que domina en estas manchas de bosque, pero junto a ellas y en las inmediaciones, hay una serie de árboles que adquieren tonos muy atractivos al llegar el otoño. Destacan los abedules y los servales, estos últimos se muestran en todo su explendor luciendo sus vistosos frutos rojos y sus hojas de un luminoso color dorado. Robles, abedules, tejos, brezos, arándanos,.. son el resto de flora que completa este bosque.

Micológicamente son muy destacables las Oudemansiellas que crecen en los troncos y ramas de las hayas, su aspecto perlado las hace irresistible en un entorno de musgo verde y hojas doradas. En días húmedos es cuando la cutícula de esta seta crea su característica capa cristalina. Hay que decir que cristalina es un adjetivo muy generoso, porque comúnmente se les llama Mucidulas viscosas, pero otros países son más amables con ellas y las llaman setas de porcelana. Te pueden parecer viscosas o de porcelana, pero seguro que a tu cámara le van a parecer muy muy fotogénicas.

Y es que este hayedo crece sobre un suelo muy característico. La roca en la zona es, por lo general, pizarrosa, pero en el centro de la mancha principal de hayas se extiende una pedriza de cuarcita muy característica. Estas extensiones de rocas suelen estar desnudas de vegetación, a excepción de los líquenes, a pesar de que bajo su superficie el nivel de humedad suele ser muy alto y constante. Tal vez, estas pedrizas sean uno de los principales alimentos del hayedo al proporcionarle a las raíces un aporte constante de humedad, sin embargo, lo que nos interesa, llegados a este punto es el contraste que crea el bosque de hayas en contraposición a una extensa superficie de rocas.

Izquierda Arriba: precioso macro de dos Oudemansiellas, imagen de Agustina Santervás. Arriba derecha: el contraste de las hojas claras del haya en otoño con la oscuridad del bosque en un día lluvioso. Abajo izquierda: las ramas retorcidas de un ejemplar antiguo, imagen de Eduardo Sánchez. Abajo derecha: entre las ramas puede distinguirse parte de la citada pedriza, imagen de Cristina Lorca.


Aunque no haya ningún mirador oficial, de esos de aparcar el coche y hacer la foto, podemos encontrar unos puntos desde los que la vista sobre el hayedo puede ser muy interesante: por una parte porque podemos conseguir imágenes en la que creemos una textura a partir de la gama de colores del bosque y por otra porque podemos salir del patrón de imágenes de bosque para tratar de encontrar "gran paisaje". ¿Dónde podemos encontrar estos miradores? el más fácil y accesible es en el kilómetro 12 de la carretera que nos lleva desde

Riaza

al puerto de la Quesera (o viceversa). Apróximadamente 100m metros más adelante, junto a un serval, sale un camino que nos lleva a un prado unos 250m descendiendo por la ladera, desde ahí obtenemos unas vistas extraordinarias del hayedo, aunque tengo que citar que desde ahí la contaminación visual producida por el corte de la carretera puede ser notable. Por último, y para los más intrepidos, hay otro mirador, si deseas obtener una imagen mucho más personal, entre las dos principales manchas del hayedo hay un risco desde este risco, y desde aquí (y también si vamos ascendiendo hacia el cordal que nos lleva a Peña la Silla) obtenemos una buena vista de estas dos extensiones de hayas tanto hacia el norte como hacia el sur

Cómo llegar...

El hayedo de La Pedrosa se encuentra dentro del término municipal de Riofrío de

Riaza

, en la provincia de Segovia. Aunque es recomendable una visita a esta localidad, para llegar al hayedo no hay que pasar por el pueblo. Lo más lógico es ir desde

Riaza

, hay una carretera que cruza el hayedo, es la SG-112 que parte desde este pueblo hasta el límite de provincia con Guadalajara. Desde el kilómetro 10 hasta el 11,400 se encuentran las principales manchas de bosque de Haya.

Desde la

A-1

tomaremos la salida 103 para llegar hasta

Riaza

, y desde aquí la SG-112. Lo más recomendable es ir desde

Riaza

, ya que el trayecto que nos lleva hasta el puerto de La Quesera desde la parte de la provincia de Guadalajara es muy largo y complicado.



Recomendaciones a la visita...

La visita a este hayedo en otoño es muy recomendable, de hecho considero que es uno de los bosques estrella en lo que a fotografía de paisaje se refiere en la península ibérica, sin embargo también es un ecosistema extremadamente delicado, por eso es importante que tengamos en cuenta una serie de consejos para tratar de evitar su degradación con nuestra visita.

En primer lugar es muy importante que tratemos de evitar pisar los hayucos en germinación, de ellos depende la regeneración del bosque, así como evitar también pisar cualquier planta que crezca en el sotobosque; puedes pensar "-¿pero cómo voy a un bosque y no piso plantas?" es relativamente sencillo: trataremos de seguir los caminos y evitaremos salir en la medida de lo posible. Pero, si encontramos un buen encuadre fuera del camino, o simplemente queremos explorar la zona, en los lugares frecuentados por zorros, corzos, jabalíes,... mamíferos de tamaño considerable, podemos encontrar veredas formadas por estos animales al pasar. En los bosques hay unas veredas, muchas veces casi imperceptibles por las que los animales pasan y que pueden servirnos a los visitantes para tratar de interferir lo menos posible en el ecosistema..

Izquierda: una de las hayas que te resultará más característica y reconocible de todo el bosque es esta situada junto a un camino marcado con puntos rojos, fotografiada por Javier Peña. Un gran ejemplar con un tronco muerto en primer plano, imagen de Jorge Martín.


Un lugar como el hayedo de La Pedrosa se encuentra sometido a una presión humana considerable, por eso la mayoría de las recomendaciones a la visita estarán encaminadas a minimizar nuestro impacto en este entorno, de ahí que sea de vital importancia que no recolectemos ni cortemos nada del bosque. Setas, flores, hayucos,... todo, incluso las ramas muertas en el suelo tienen una función y una alteración no significa nada, pero la suma del impacto de todos los visitantes puede ser importante si tenemos en cuenta la cantidad de personas que pasan por aquí cada año.

Arriba izquierda: las hojas muestran el característico color otoñal, imagen de Eduardo Sánchez. Arriba derecha: tal vez una de las condiciones en las que este bosque se vuelve más fotogénico es con niebla, imagen de Paco Amor. Abajo izquierda: una vista del hayedo desde su borde superior, imagen de Salvador J. García-Barroso. Abajo derecha: dos personas pasean por la carretera que cruza el otoño en un día en el que los colores otoñales alcanzan su máximo explendor, imagen de Jose María Cuéllar.


Para finalizar, una última recomendación en cuanto a nuestro vehículo. Hay pocos lugares en los que dejarlo aparcado, y la carretera que pasa por el hayedo apenas tiene la anchura suficiente como para permitir el paso de dos vehículos simultáneamente, por eso es importante que, si vamos a pasar bastantes horas en el bosque prestemos especial atención al sitio en el que dejamos estacionado nuestro vehículo.

Conclusiones...

La industria del torno, de la que hemos hablado anteriormente, utilizaba la madera de estos bosques como materia prima. Este lugar fue parte importante de la economía de la zona, y tal vez eso les llevo a los habitantes a tomar precauciones en las talas y repoblar con el fin de mantener vivo el bosque que alimentaba sus tornos. Hoy en día la historia se repite y vuelve a ser parte importante de la economía representando un atractivo turístico para los inquilinos de las casas rurales y alojamientos de la zona. Puede que sea este uno de los factores que motive la conservación de este bosque hoy en día.

Personalmente creo que el hayedo de La Pedrosa representa mucho más que un atractivo turístico, creo que forma parte no sólo de la historia biólogica y humana, la motivación que nos debe llevar a conservar este bosque es que debe estar ahí, que es un paraíso genuino. Lugares que conservan la pureza natural de este rincón quedan muy pocos, a pesar de que muchos árboles estén deformados por las podas y talas, continúa siendo auténtico pues esas deformaciones son la seña de identidad de su encuentro con el ser humano, y de haber sobrevivido a ese encuentro.

La vida se abre paso en cada rincón del hayedo de La Pedrosa.


Hoy en día este bosque continúa vivo y, salvo algunas erosiones agresivas ocasionadas por el tránsito, se aprecia muy sano y en crecimiento. En los márgenes de las manchas pueden encontrarse cantidad de nuevas hayas que crecen muy lentamente, pues en este lugar las condiciones de humedad y temperatura no son tan ideales como en el interior, rodeado de ejemplares adultos. Considero que es muy importante que se encuentre una figura de protección medioambiental a la altura de este entorno.

La visita para el fotógrafo de paisaje es ineludible, es uno de esos lugares a los que hay que ir al menos una vez en la vida. Pero que nadie piense que va a llegar aquí y va a encontrar los típicos encuadres repetidos hasta la saciedad, como ocurre en otros hayedos peninsulares, este es un diamante en bruto, miles de encuadres esperando ser descubiertos, ¿te atreves a pasar un día fotografiando en el hayedo de La Pedrosa?
Me Gusta  2  Les Gusta
No me Gusta  0 No les Gusta
Para ver los gustos y comentarios de las pesonas, deberá registrarse.

Idioma:
Día a Día
Imagen del día, pulsa para ampliarla Domingo 14 de abril de 2024
¡ El Circo !
Próximos eventos
Próximos cumpleaños
Encuesta
¿Qué orquesta consideras la mejor de las fiestas Riazanas 2023?
Orquesta Raider
Orquesta The 8 y 1/2 Band
Orquesta La Huella
Orquesta Pikante
Orquesta Voltaje
Votar [ Ver resultados ]
Publicidad
Tiepo de respuesta del servidor: 0,1992188 sg.
Fecha de Creación: 26/08/2003
© Peña "Los Gayumbos" (Riaza) 2003-2024
Web creada por: José Luis Palermo
Esta web utiliza cookies, puedes ver nuestra la política de cookies, aquí Si continuas navegando estás aceptándola
Política de cookies +