Riaza Los Gayumbos desde 1990

Domingo de Ramos en la primera plaza de toros del mundo: Las Ventas del Espíritu Santo de Madrid. Quince minutos antes de comenzar la corrida se cuelga el cartel de "No hay Billetes" en la taquilla como consecuencia de la buena promoción y marketing de la tarde de toros en la que el diestro Iván Fandiño se anuncia en el cartel con seis astados diferentes de las denominadas ganaderías "duras": Partido de Resina, Adolfo Martín, Cebada gago, José Escolar, Victorino Martín y Palha. ¡Ahí es ná! que diría un castizo. Ya por la mañana la expectación en el apartado de las reses era máxima. Se agotaron las entradas dos horas antes de su inicio. El buen día, las ganas de ver toros tras el paréntesis invernal y la no televisión del festejo contribuyen al llenazo matutino en los corrales y por la tarde en la plaza.

Son las doce de la mañana cuando me encuentro y comento los pormenores con Jose, nuestro impenitente y laureado corredor de encierros tradicionales, y con José Luis (hijo de mi inolvidabe amigo José Luis "Pichón"), dos riazanos de postín, y buenos aficionados al arte de Cúchares. Ya por la tarde, de regreso a Las Ventas, a la entrada y salida del coso taurino, son muchos los riazanos que voy saludando a cada paso que doy. La familia casi al completo de los propietarios del comercio de alimentación "DÍA", Juanita, Purita Linares, Agapito (el presidente de la peña Taurina de

Riaza

), José Miguel el veterinario, Víctor el hijo de Pepe el de La Fonda, y muchos otros. Charlateamos de toros (la salsa de la Fiesta) con los ganaderos José Escolar, Agustín Montes, de Montealto, y Pepe Guzmán, de Cabanillas de la Sierra.También con los toreros Esaú Fernández,

Víctor Barrio

, Abellán y Chocolate...La presencia de riazanos en el fuerte aperitivo que ha supuesto la tarde de hoy, no va a ser nada con la que se espera el Domingo de Resurrección para ver a nuestro paisano

Víctor Barrio

en el mismo escenario sobre el albero del coso venteño.

De la corrida hay poco y mucho que comentar. Corrida de expectación, corrida de decepción. El órdago a la grande de Iván Fandiño resultó un fiasco. Las cartas con que jugaba el torero de Orduña, aunque no eran de "chica" (la corrida fue una tía) pintaban en bastos. Lo primero que hay que decir es que los toros, todos sin excepción, no tuvieron ni medio pase. Eso sí, estuvieron magníficamente presentados y con el trapío adecuado para una plaza tan exigente. Pero el fondo de los toros estaba vacío de contenido. Solamente el lidiado en segundo lugar, de Adolfo Martín, y el cuarto, de José Escolar se salvaron, un poco nada más, del fracaso ganadero. Pero el "adolfo" se acabó en la tercera tanda de muletazos y el de Escolar, tras un tercio de varas extraordinario, se mostró imposible. El de Cebada Gago y el de Palha fueron dos mansos sin la menor clase .Dos zambombos, carne de matadero. El que mejores sensaciones dejó fue el de Victorino, que cogió los vuelos del capote de Fandiño "haciendo el avión", pero fue devuelto al corral al lesionarse y quedó inédito. Una lástima.

Es cierto que Iván Fandiño pudo emplearse en plan más lidiador, pero el panorama que se le vino encima fue para afligir el ánimo a cualquiera. La corrida de distintos descastes y ganaderías fue infumable, no para el público, pero sí para el torero. Hay que decirlo así de claro, aunque luego podamos matizar todo lo que se quiera. Mal, por cierto, los que arrojaron algunas almohadillas al diestro en su despedida. Así, desde luego, no damos el ejemplo necesario, sino que damos argumentos a los antitaurinos por el incívico comportamiento.

Y acabo, es muy cómodo pontificar desde el tendido sin más riesgos. Lo digo por una serie de aficionados que se declaran "toristas" creyéndose que con ello certifican su categoría de entendidos. Nada más lejos de la realidad. Los aficionados buenos no deberían ser "istas" de nada, ni de ganaderías ni de toreros, aunque si pueden mostrarse más partidarios de éste o aquél, según su entender. Pero sin exageraciones que no vienen a cuento. Aficionados había muchos en la tarde de hoy en Las Ventas (24.000), pero entendidos de verdad, apenas un millar. Yo, por ejemplo, que llevo 40 años de abonado a Las Ventas y he presenciado allí casi tres mil corridas de toros no oso presumir de ello, Dios me libre. Pero, por favor, los otros, los recién llegados, que se "tapen" un poquito porque se les ve el plumero de la ignorancia supina y dan vergüenza ajena.