Riaza Los Gayumbos desde 1990

Cuando los niños soltaron las palomas al cielo de Cantalejo, el alcalde, Máximo San Macario, explicó su simbología. La emoción contenida quebró la voz del regidor en varias ocasiones, pero el significado quedó muy claro: «Una de estas palomas significa respeto, el respeto que todo el mundo merece, los toreros, los taurinos y los que no lo son; el respeto que nos debemos todos los seres humanos. Y la otra, el cariño y la admiración que todo el mundo del toro te tiene, Víctor. Tú eres el torero de la sonrisa amable. ¡Va por ti, torero!»

El alcalde quiso expresar así la actitud de serenidad y respeto de los defensores de la tauromaquia frente a los continuos ataques que viene recibiendo, que cobraron especial virulencia tras el fallecimiento de

Víctor Barrio

, a través de las redes sociales. Pero también subyace en el gesto de los briqueros el profundo agradecimiento que Cantalejo debe al torero, muy presente en las últimas ferias taurinas de la localidad. Cantalejo profesó ayer a Barrio un cariño infinito, el mismo que Barrio sentía por el Vilorio Sierte, la tierra del trillo y la gacería.

Con las emociones a flor de piel y la leyenda de

Víctor Barrio

flotando sobre el albero, la corrida pasó a un segundo plano, aunque deparó momentos que hicieron disfrutar a los buenos aficionados. Los diestros Enrique Ponce, David Mora y Daniel Luque se repartieron siete orejas y salieron a hombros del coso cantalejano. Los toros de la ganadería salmantina de José Cruz, bien presentados y manejables, contribuyeron al espectáculo. Destacó el tercero, lidiado por Daniel Luque, premiado con la vuelta al ruedo durante el arrastre.

Los tres toreros pusieron toda la carne en el asador. Querían hacerlo bien y se notaba. Querían dedicárselo a

Víctor Barrio

, el último héroe caído en la arena. Enrique Ponce, de rojo y oro, cortó dos orejas, una a cada toro, lo mismo que David Mora. Mejor le fue Daniel Luque, que le cortó las dos al primero (tercero de la tarde, el mejor) y una al segundo. Los tres dieron la vuelta al ruedo, los tres salieron a hombros por la puerta grande y los tres contribuyeron con sus faenas al merecido tributo a Víctor Barrio. Ponce, Mora y Luque dejaron sobre el ruedo de Cantalejo sobradas muestras de su clase y buen hacer. En un gesto inolvidable, los diestros levantaron sus monteras al cielo y brindaron sus primeras faenas a la familia de Barrio y las últimas al malogrado torero segoviano. La plaza estaba como nunca, con más de tres cuartos de entrada. Todo un récord para Cantalejo.



En el palco presidencial, junto al alcalde de Cantalejo, Máximo San Macario, se sentaron la presidenta de las Cortes de Castilla y León, Silvia Clemente; la subdelegada del Gobierno, Pilar Sanz; el presidente de la Diputación de

Segovia

, Francisco Vázquez; el delegado territorial de la Junta de Castilla y León, Javier López-Escobar; los parlamentarios Juan Luis Gordo y Félix Montes; y los alcaldes de

Sepúlveda

, Ramón López; San Ildefonso, José Luis Vázquez;

Riaza

,

Andrea Rico

; y Grajera, Alba Barrio, familia del malogrado torero.

En los tendidos no faltaron las pancartas alusivas al matador: «Víctor Barrio, torero eterno», «Soy Barriero, eterno Víctor Barrio» o «Víctor Barrio, siempre con nosotros» eran algunos de los lemas. Detrás se intuía la mano de los amigos y aficionados que alientan la Asociación Cultural Taurina Amigos de

Víctor Barrio

, que tanto apoyo han dado al torero nacido en Grajera allá donde ha exhibido su arte.

El próximo homenaje a

Víctor Barrio

será el de Valladolid, el 4 de septiembre, y habrá otro en

Segovia

, el día 7, de la mano de la Asociación de Camareros de

Segovia

y su Provincia, de la que Barrio era socio, con motivo de la tradicional becerrada de los camareros. Precisamente, Víctor dirigió la lidia en la edición del año pasado, en uno de esos gestos que los aficionados le agradecerán siempre.