Riaza Los Gayumbos desde 1990

No quisiera que tras leer este artículo se queden ustedes con la impresión de que presumo de ser uno de los mejores (qué digo, ¡el mejor!) jugadores del noble juego del Mus. Por lo tanto, quede claro que no trato con el mismo de dar lecciones ni de enseñar cómo se juega al rey de los Juegos de Naipes, sino que de lo que trato es de enseñar a los que ya saben jugar... a jugar bien. Más aún: a jugar muy bien. Y más todavía: a jugar casi tan bien como yo. La fanfarronería (no confundir con la chulería o pedantería) es una de las características más esenciales de todo musista que se precie, y cuanto más fanfarrón, mejor. Como es sabido por todos, el mus es juego para personas humildes y modestas, y nadie en el mundo más apropiado que yo para dar lecciones avanzadas de arte tan sublime.

El Mus es un juego, todo un juego y nada más que un juego. Pero no un juego vil, sino un juego noble para gentes muy estables. Lo son, y mucho, mis habituales compañeros de la peña

riazana

que tiene su sede social y productiva en la histórica cafetería de La Fonda, sita en nuestra incomparable y bellísima Plaza Mayor. Ya somos 24 sus componentes. Una de las parejas más sorprendente, además de joven, cuando les corresponde jugar juntos, es la formada por Sergio y su compadre Héctor. Hace pocas semanas tuve el honor, junto a mi compañero Justo, de enfrenarme a ellos en una partida larga y enormemente disputada en la que, como siempre, sólo nos jugábamos la gloria de la victoria. Juegan bien los chicos. Pasamos un rato muy agradable. Por respeto a los contrarios, no les voy a contar qué pareja se llevó el gato al agua. Nuestros contrarios, desde luego, hicieron lo que pudieron y aprendieron mucho. Se fueron a casa "calentitos", pero contentos (¡Uy!, que me parece que he dado pistas sin querer). A Justo y a mí también nos "calentaron" por llegar a nuestros respectivos domicilios casi a la hora de la cena.

El caso de Sergio ("tresss") es especial. Vive las partidas con un aparente pasotismo. Un postureo estratégico que suele adoptar para despistar a la pareja adversaria; pero en realidad juega concentradísimo. Atentísimo a todo. Apenas llama la atención al compañero cuando éste le revienta una jugada ganadora. Y como apuntador no tiene precio: de los mejores que he conocido. Apunta buenas maneras. No es justo lo que le pasa: acaricia las mieles del triunfo la mayoría de las veces, pero éste le resulta esquivo casi siempre. Quiero decir que sí, que vale que gana partidas, pero la vitrina de trofeos de mus en el salón de su casa está inmaculada, vamos que está sin estrenar. Estoy por regalarle, o alquilarle, algunas de mis múltiples copas cosechadas a lo largo de mi impresionante trayectoria como "musolari" del grupo especial. Del grupo de los elegidos para la práctica de este deporte felizmente sedentario.

La semana pasada Sergio estuvo a punto de romper el maleficio. Se había apuntado a un torneo de Mus en el Bar Blue de la calle Las Damas. Para tal ocasión jugó con Ángel ("el Regino") de compañero; sin duda, buen jugador también. Las primeras partidas se les dieron bastante bien y así nos lo hizo saber el propio Sergio a los musistas de La Fonda a través de las redes sociales. Todos nos alegramos y le animamos a perseverar en el intento...David ("plastic-man"), Álvaro (el del comercio), Jesús "AVE", Héctor "Godín", los más jóvenes, le alentaron en todo momento. Tampoco le faltó el ánimo de "veteranos del Vietnam", como Gonzalo, los dos Alfonsos (Pastor y Martín), Carlos ("el doctor zhivago"), José Antonio (el organizador-organista), Olivera (el tesorero y notario), etcétera. De todos los ánimos transmitidos, estoy por asegurar que los más apreciados por él, por el bueno de Sergio, fueron los que le enviaron los campeonísimos del pasado verano: Antonio, Justo y yo mismo. Sin embargo, a lo que se ve, todo le debió parecer poco porque todo fue en vano. Verán, a media mañana del sábado, mi mujer y yo nos lo encontramos en la ventana-barra del Fogón. Estaba con un grupo de jóvenes de sus edad. Apenas me reconoció. Le noté raro, como ausente de todo, ído (bien es verdad que era la hora de los botellines y el vermú). Me parece que la procesión la llevaba por dentro, o sea, que no dejaba de pensar en la Final-Four que tenía que disputar ésa misma tarde. Una competición, por cierto, que él mismo bautizó como la "Blue-Cup de Mus". Le volví a ver por la tarde, yo salía del "Blue" (antes "Claqueta" y mucho antes el "Tetuán" y "La Lali") donde le estuve esperando para darle las últimas instrucciones "ganadoras" y desearle suerte en nombre de todos los componentes de la "Peña del Mus de La Fonda". Como se estaba retrasando algo, me marché. Me lo encontré a la salida. Sólo pude reiterarle mi seguridad (solo era un deseo) en que dejaría alto el pabellón de la Peña ganando el campeonato. No sé si me escuchaba. Seguía pálido. Abrumado por la responsabilidad. No articuló palabra alguna. Palma seguro, me dije a mí mismo. Y palmó. Él nos lo confirmó pasadas las 8 de la tarde vía watsapp. Quizá le superó la presión a la que le habíamos sometido, pero el caso es que, igual que el pasado verano cuando acudió a

Villacorta

en busca de fama y honores, nos lo han devuelto a "La Fonda" para que siga "en prácticas". No le volví a ver en todo lo que quedaba del día y "me lo contaron ayer las lenguas de doble filo": que se metió en casa y se fue a la cama sin cenar. En "El Museo" todos se preguntaban..."ande andará el Sergio". Al día siguiente, el pasado domingo por la mañana, le envié una foto que acababa de hacer en la pradera de la ermita de

Hontanares

en la que se apreciaba toda la espectacular belleza del entorno de la misma en pleno esplendor otoñal riazano. Le volví a dar ánimos y le comenté que en "La Fonda" no le habíamos dado de baja ni le vetaríamos nunca. Es más, le insistí en que le recibiríamos con los brazos abiertos en su vuelta al redil, a pesar de todo. Creo que, finalmente, sus amigos le sacaron de la cama el domingo a mediodía y se lo llevaron de "tapas por Riaza"...Ya entonces, y no antes, pudo disfrutar de la victoria del sábado de su Sporting

Riazano

, del 0-2 del Castilla de Solari en Cerceda y de la exhibición de España en Málaga frente a Costa Rica. Luego, por la tarde, celebraría el triunfo en La Albuera de La Gimnástica de su amigo Manu ante el Talavera. Y es que el que no se consuela es porque no quiere.

Y voy acabando. En principio, mi artículo previsto para hoy iba de política. Dedicado al "fuera de la ley", a Puigdemont, a "Puchi". Pero yo, seguramente igual que ustedes, empiezo a estar harto del monotema del procés separatista y he preferido hacer literatura costumbrista escribiendo sobre las cosas más importantes de la vida: las relaciones humanas. Espero que mi relato (eso sí, basado siempre en hechos reales) les haya entretenido. Y también confío en que hayan captado el alto tono irónico que el mismo contiene. Mis "amigos del Mus" son los mejores jugadores del mundo (como dirían, no sin razón, Florentino y Zidane), y la verdad es que todos me ganan con más o similar frecuencia que yo a ellos. Y Sergio Berzal es un auténtico "crack", una muy buena persona, al que conocí de bebé y cuando daba sus primeros pasos de la mano de su padre Antonio. Me he reencontrado con él 25 años más tarde. Él está al comienzo de su ruta vital en todos los aspectos. Otros la estamos concluyendo, nos queda menos. Seguro que nos supera a todos en la meta final. Al mus ya lo hace con frecuencia casi constante. Su "bolsa" de verdad, la que más y mejores valores tiene, la de la vida, la está llenando de afectos. Que tengan ustedes un buen día.