Nos escapamos a
Riaza
, una de las localidades segovianas preferidas para los amantes de las escapadas de interior. Deportes de aventura, pueblos fantasma y una buena mesa conforman posiblemente su mejor carta de presentación.
Podríamos decir que
Riaza
es una villa que apareció casi por casualidad. A pesar de que sus origenes apuntan a finales del siglo XI, ya existieron asentamientos de carácter nómada en la zona. Sus archivos apuntan que gracias a la repoblación ordenada por Alfonso VII "El Emperador" se consolidaron las nuevas tierras conquistadas como parte integrada en la Corona, entre ellas la parte que ocupa Riaza.
El asentamiento, quedaría en manos del obispo de
Segovia
hasta el año 1235, que acuñaría por primera vez el nombre de Riaza. La villa de
Riaza
pasaría de mano en mano, desde Juan II hasta los marqueses de Villena, el duque de Maqueda o los marqueses de Altamira; hasta que en 1812, las Cortes de Cadiz acaban con los privilegios de los señoríos y
Riaza
pasa a formar parte del engranaje del Estado.
Calles silenciosas, tranquilas, expectantes... es lo que te espera en Riaza
El centro de
Riaza
parte de su característica plaza, un coso de arena de unos 3.500 metros cuadrados arropado por balconadas en dos alturas y pasajes de madera que sugieren que en su día pudo albergar una inmensa plaza de mercado. Posiblemente, se celebrasen festejos varios, corridas de toros y ferias de ganado.
En la actualidad, toda la oferta gastronómica importante de la localidad gira en torno a este espacio, salpicado de terrazas donde lugareños y turistas disfrutan de un aperitivo bajo la luz del sol. Aún conserva un empedrado en el pavimento que señala la existencia de una personalidad medieval que nunca ha terminado de irse, ni tiene intenciones de hacerlo.
De hecho, deambular por las calles de
Riaza
es perderse entre casas de fachada blasonada, por las que parece que no ha pasado el tiempo en siglos. Silenciosas. Atentas. Expectantes
En las balconadas de Riaza
El entorno natural de
Riaza
permite excursiones a pie o en bicicleta a lugares muy apreciados por los riazanos. Uno de ellos es sin duda
Hontanares
, una elevación de 1,400 metros de altitud donde se encuentra ubicada la ermita de Nuestra Señora de
Hontanares
, que data de 1606.
La explanada, engullida por la vegetación, ofrece un apacible merendero con barbacoas preparadas para excursiones bastante multitudinarias. Incluso tiene una hospedería. Desde ahí, cuenta con unas cuantas rutas para hacer senderismo.
LA PINILLA, UN OASIS DE DEPORTE DE AVENTURA
Uno de los mayores atractivos que tiene
Riaza
es que es posiblemente uno de los destinos favoritos para los amantes de la nieve, debido a su cercanía a la estación de esquí de La Pinilla.
La estación de esquí, celebra este año su 50 aniversario y, probablemente, se encuentre en uno de sus mejores momentos. Pertenece al término de
Cerezo de Arriba
, aunque sin duda
Riaza
es la mejor opción para una escapada de fin de semana.
La carretera que sube a
La Pinilla
es un sinuoso camino donde es imposible dejar de fotografiar el paisaje. Podríamos sacar colecciones enteras de salva pantallas de Windows ante semejante regalo de la naturaleza, cruzando un tímido río
Riaza
y dejando atrás una impresionante presa donde el hormigón ha sido sustituido por la propia montaña.
La Pinilla es una estación pequeña pero muy alpina, con vertiginosas pistas de mucho desnivel y poco recorrido. Allí nos encontramos con
Benjamín Cerezo
, que fue alcalde de
Riaza
: “La gente no se aburre porque están subiendo y bajando todo el rato. Son pistas muy complicadas por lo que el que aprende a esquiar aquí puede esquiar en cualquier sitio” asegura.
Hace una década que se emplean las pistas fuera de temporada. Cuando apenas queda nieve, el espacio se prepara para hacer actividades de descenso en bicicleta de montaña, creando circuitos que han atraído a cientos de amantes del deporte a dos ruedas.
Las actividades se activan justo ahora que va a empezar mayo, los fines de semana.
La Pinilla
se convierte en un Bike Park trepidante que tan solo tiene competencia en Andorra y Sierra Nevada, gestionado además desde su propia web.
La estación dispone además de un hotel para el que quiera pernoctar porque, a pesar de que sea un destino de ida y vuelta, la tentación de echar el resto del día en
Riaza
es dificil de ignorar.
Riaza
es una localidad que en temporada alta pasa de 2000 habitantes hasta casi 12000. La naturaleza permite hacer todas estas actividades deportivas al aire libre, incluyendo senderismo durante todo el año, un triatlón en el mes de junio, equitación, parapente y un largo etcétera.
LA RUTA DEL COLOR: TURISMO DE AISLAMIENTO
Resulta increíble la cantidad de personas que buscan durante todo el año destinos, turísticos o no, donde desconectar por completo; donde no llegue la cobertura de su operador móvil, el ruido del tráfico o donde simplemente no exista nadie.
Son ocho las paradas que se pueden hacer en la Sierra de
Ayllón
, partiendo de
Riaza
a través de lo que llaman la “Ruta del Color”, un entramado de pueblos casi fantasma que tiñen el paisaje de rojo, negro y amarillo, y que conceden al turista su mayor deseo: la paz del aislamiento.
Pueblos Rojos
Los primeros pueblos que nos podemos encontrar en la ruta son rojos. El color de estas casas procede de las arcillas y los sustratos rojizos que posee el terreno con los que han sido construidas.
Uno de los pueblos es
Madriguera
, a 16 km de
Riaza
, un pintoresco pueblo que incluso ha teñido de rojo el pavimento de sus calles y que atrajo la atención de personajes como Juan Echanove que, en su día, adquirió una vivienda. Su restaurante, La Pizarrera (Huertos, 3.
Madriguera
) tiene unas croquetas fuera de serie.
Pueblos Amarillos
Las casas que se erigen en esta parte de la ruta adquieren un color claramente amarillo debido a las cuarcitas que se emplean en su construcción. Su silencio ha sido aprovechado por algún constructor para hacer maravillas como las que se pueden apreciar en
Martín Muñoz
de
Ayllón
, una pedanía de
Riaza
que apenas llega a los 20 habitantes en invierno.
Incluso un arquitecto ha llegado a abrir su propia galería de arte y paisaje en medio de la nada. Las canteras de pizarra que tuvo la localidad se emplearon en su día para la construcción del Palacio de La Granja o el suelo de la Catedral de Segovia.
Pueblos Negros
El empleo de la negra pizarra es lo que ha permitido que las casas de esta zona de la Sierra de
Ayllón
luzcan ese color negro y sombrío.
Sin duda nos encontramos con la parte más despoblada de la zona, muy perseguida por los turistas que buscan un aislamiento total en un pueblo perdido de la mano de Dios.
El afán por reconstruir las casas y transformar otras en impresionantes alojamientos rurales, han hecho que pueblos negros como
El Muyo
, que cuenta con menos de 10 habitantes, se conviertan en destinos perfectos para los que buscan desconectar de absolutamente todo. El aspecto tétrico que presentan sus calles de noche serían un escenario perfecto para una Zombie Race, ¿cómo es que a nadie aún se le ha ocurrido?
COMER Y BEBER EN RIAZA
Riaza, tierra segoviana, es territorio de lechazo, aunque bien os podéis sorprender en sus restaurantes con los productos de la tierra. Recorremos sus templos del lechazo
La Taurina (Pza. Mayor, 6): familia de origen carnicero, llevan 62 años haciendo un lechazo con una materia prima de primerísima calidad en un horno de leña tradicional. Su clave del éxito es un productazo, acompañado de grandes dosis de mimo y sentido del humor. Una de las grandes apuestas gastronómicas de la localidad.
Matimore (Plaza Mayor, 17): su marcado estilo taurino muestra una faceta muy propia de los riazanos, de gran tradición taurina. Cordero y cabrito lechal, sin faltar el cochinillo entre sus asados. Aunque digno de mención son su revuelto de morcilla con mermelada de pimientos y sus judiones de la Granja. Imprescindible pedir de postre una torrija.
El Museo (Isidro Rodríguez, 16). Es el Café bar punto de encuentro preferido por los más jóvenes, ideal para los que alargan su estancia el fin de semana entero y quieren tomar además unas copas.
Sorprende su apuesta por vinos de categoría, con una selección para paladares exigentes que va desde Vizcarra Senda del Oro en materia de Ribera del Duero a un fabuloso Luis Alegre Crianza para los amantes del universo Rioja. Sobresaliente.
¿SABÍAS QUE...?
- En
Riaza
hay mucha tradición micológica. Es una tierra que, a pesar de no tener mucha cantidad de setas, si cuenta con una gran variedad de ellas. En la localidad hay una asociación que se dedica en profundidad a esta actividad y pueden orientarte. Y no es feudo de otoño, en primavera también se pueden recoger
- En La Pizarrera, el restaurante de la localidad de
Madriguera
, tienen pegado en la puerta el distintivo de Recomendado de Condé Nast Traveler. Adivina el porqué.
Una importante marca de bebidas ha puesto el ojo en
La Pinilla
y organiza una evento/competición de bicicletas que empieza a atravesar nuestras fronteras
-
Riaza
se ha convertido en los últimos años en meca de peregrinación para los amantes de la música country. En el mes de julio celebra un festival de country que atrae a estrellas internacionales del género, convirtiéndose
Riaza
en un hervidero de cowboys. La idea partió de una empresa de verduras y hortalizas que quiso promocionarse apostando por un evento cultural. Su éxito no tiene precedentes.
- La plaza central de
Riaza
data de 1873 y se dice que dispuso de una picota en el centro donde se exhibían las cabezas de los reos y los ajusticiados. Eran otros tiempos...
Para ver los gustos y comentarios de las pesonas, deberá registrarse.