El sistema empleado por Medio Ambiente asegura un 90 % de nacimientos frente al 20 % que se registra en condiciones naturales
Agentes medioambientales, en el río Riaza. / E. N.
Agentes medioambientales de la Junta, bajo la dirección técnica del Parque Natural Hoces del río
Riaza
, y en colaboración con la Asociación de Pesca a Mosca y Conservación de los Ríos de
Segovia
, han realizado una actuación en el río
Riaza
, dentro de los límites del espacio protegido, para mejorar la reproducción de la trucha común en estas aguas. En la intervención llevada a cabo se ha utilizado el sistema denominado `incubator en el río´, un modelo de trabajo que se puso en práctica por primera vez en los ríos de Canadá y que en
Segovia
la Junta de Castilla y León ha utilizado por segundo año consecutivo en las aguas trucheras del río Riaza.
La experiencia ya obtuvo en el río
Riaza
, en el anterior periodo de freza, un éxito del 90 % de nacimientos en los huevos incubados, frente al 10 % que se registra cuando la incubación se realiza en condiciones naturales. Durante la freza, a comienzos del invierno, los agentes medioambientales capturan las truchas reproductoras de ambos sexos mediante pesca eléctrica, se extraen los huevos de las hembras y se colocan sobre unos paneles con celdillas que permiten albergar hasta 200 huevos cada uno. Una vez fecundados, los paneles se disponen en una caja nido de polipropileno –`incubator´– que se instala en el río. Esta operación se desarrolla con rapidez, en la misma ribera del río, para volver a introducir en al agua los ejemplares capturados y las cajas con los paneles en el menor tiempo posible.
El diseño de los paneles en celdillas aporta la proporción necesaria de oxígeno a cada huevo, lo aísla completamente y evita la propagación de infecciones por hongos, un problema muy común en las puestas naturales. Además, el sistema es muy poco invasivo con el medio natural y los alevines eclosionan en el propio río.
Durante el periodo de puesta, los agentes medioambientales y celadores de medio ambiente de la Junta desarrollan labores de muestreo de las poblaciones piscícolas para detectar posibles fluctuaciones debidas a las condiciones ambientales. La actividad se centra principalmente en las aguas trucheras, aunque se lleva a cabo en todo tipo de aguas. Este seguimiento contribuye a proteger la fauna y a un aprovechamiento planificado, ordenado y sostenible de los recursos pesqueros.
La Ley 9/2013, de 3 de diciembre, de Pesca de Castilla y León declara la trucha común especie de interés preferente por su importancia ecológica y recreativa. Los científicos afirman que la trucha de Castilla y León es un auténtico fósil viviente, capaz de superar periodos geológicos desfavorables y adversidades ambientales, distribuyéndose en nuestras aguas de una manera amplia.
«Que la trucha común perviva y pueda ser disfrutada por las siguientes generaciones es un compromiso de todos: de las administraciones, como garantes de la preservación del medio ambiente, y de los usuarios de los ríos, por la utilización del recurso que realicen», señalan fuentes de la Delegación Territorial de la Junta en Segovia.
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