«Se han empadronado de Barcelona o Bilbao, del PSOE y de derechas», afirma Santiago Bayo
Vista de la localidad de Maderuelo. Susana Gutiérrez
El aviso ha saltado en el Instituto Nacional de Estadística (INE). Algo no cuadra en los padrones. Hay localidades que en poco tiempo han experimentado un aumento anómalo de residentes. Como se dice popularmente, sale de ojo. Por eso, la Oficina del Censo Electoral insta a los ayuntamientos a que justifiquen ese crecimiento irregular. Son padrones `hinchados´ que muchas veces obedecen a estrategias preelectorales, bien para ganar la Alcaldía o para derrotar a quien posee el bastón de mando.
En la provincia, este mismo mes, el organismo electoral ha detectado dos engordes en otros tantos padrones que le chirrían. Son los de las localidades de Riofrío de
Riaza
y de Maderuelo. El alcalde del primero de ellos, Jesús Díaz, admite que ha recibido el toque de atención. Como respuesta, se ha propuesto «hacer un seguimiento de las personas que se han empadronado para ver si cumplen con los requisitos» para formar parte de la población residente. Entre ellos, acreditar que llevan seis meses viviendo en la localidad. El regidor añade que «se está avisando por carta a esas personas para informarlas de lo que dice la ley». Se trata de un control que corresponde a los ayuntamientos, no a la Junta ni al Estado. En su caso, ese aumento sospechoso del padrón no acarrea una mayor representación de concejales en la corporación.
El censo en Riofrío de
Riaza
oscila entre los treinta y cuarenta habitantes normalmente, aunque a diario son menos. Jesús Díaz intuye cuáles pueden ser la razones detrás del empujón demográfico. «Puede ser que se hayan empadronado hijos cuyos padres se habían ido a Madrid y vuelven o porque quizás les salen los impuestos más baratos aquí que en otros lugares».
Santiago Bayo, alcalde de Maderuelo, respondió en enero a la Junta Electoral que le requirió información al saltar la alerta de un aumento irregular del padrón. «Han venido a empadronarse gente que no vive aquí, gente de Barcelona y de Bilbao... gente del PSOE y de derechas», esgrime. El regidor deduce que se trata de una estrategia para «cargarse al alcalde» en los comicios del 26 de mayo. «Que sea la Junta Electoral la que decida», insta Bayo, quien calcula que el pueblo ha pasado a tener más de 160 empadronados en pocos meses, cuando a 1 de enero de 2018 no llegaba a los cien. «Lo que tienen que hacer es que valgan lo del 2018 para todos los efectos», apostilla. Desde luego, «nosotros no vamos a dar de baja de oficio a la gente porque, como haya excepciones, puede ser la guerra»
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