El alumno de Salamanca obtiene las dos orejas de su oponente en una tarde con mucho público en las gradas
Un pase con la muleta del salmantino Ismael Martín, triunfador de la tarde. / Vanesa Santos
Más de tres tercios de entrada lucía la particular plaza de toros
riazana
, instalada en la Plaza Mayor de la localidad. En este caso, se celebraba una clase práctica con becerros de Cerro Longo. El joven de la escuela taurina de Salamanca Ismael Martín se alzó como el triunfador de la tarde cortando dos orejas al becerro que le tocó en suerte.
El primero en suerte, de nombre `Princesito´, lo dio Luis Rivero. De San Rafael de los Ángeles. Un inicio capotero muy flojo y poco lúcido. El novillo era complicado y el segoviano le daba los tiempos necesarios. Pero le costaba saber cuál eran los terrenos ideales para que no acusara querencias. La faena fue deslucida por la falta de temple que condicionaba al becerro a toparse con los trastos. A Luis le costó entender al novillo, pero consiguió hacerle buen final de faena. Estocada atravesada pero suficiente para dar muerte al animal.
Mario Navas, de la escuela de Salamanca derrochó conocimientos con `Desiderio´, lidiado en segundo lugar, un novillo con condiciones muy similares al primero. Pero gracias a la técnica del novillero, consiguió enganchar los muletazos y dar unos derechazos muy limpios.
En el tercro, el segoviano Pablo Polo lidió un novillo con menos peso pero con mejor calidad. Brindó la faena a Rafael de Paula, maestro de la Escuela de Madrid. Inició la faena de rodillas consiguiendo animar mucho al público. Pablo Polo realizó con este animal una faena de mucho gusto, dando uno de los naturales más bonitos y con más torería de la tarde. Expresando mucho sentimiento. La insistencia del público hizo que la presidencia le concediera una oreja.
La guinda del pastel venía en el cuarto. Ismael Martín, el joven de la escuela de Salamanca, daba con este becerro una lección de torería y poder. En la suerte de banderillas, demostró con mucha virtud que podía poner pares muy vistosos. Con la franela el público pudo disfrutar de una faena muy estructurada, con el torero entendiendo los terrenos y con muchos recursos. Consiguiendo así la simbiosis con los aficionados. El de Cantalpino conseguía de esta forma desorejar al último de la tarde y llevarse dos troferos.
La escuela taurina de Salamanca demostró en esta becerrada de escuelas de la feria de
Riaza
que es una de las mejores de España. Alberga jóvenes muy preparados y con buenas condiciones parala lidia en cualquier festejo.
Este miércoles se celebrará la tradicional becerrada de peñas. En la que los peñistas aficionados podrán realizar faenas de ensueño. O al menos intentarlo.
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