El descuido y el abandono de los usos tradicionales del territorio favorece su expansión en el Sistema central, según una investigación promovida por la Universidad Complutense de Madrid
La Sierra de
Ayllón
ha pasado a ser un ecosistema emergente para el haya. El descuido y el abandono de las labores tradicionales del territorio ha favorecido su expansión en la zona, aunque llevan creciendo en este paraje entre cuatro y tres mil años , coincidiendo con el desarrollo de las sociedades humanas. Según una investigación promovida por la Universidad Complutense de Madrid, ha sido la acción humana y no factores climáticos los que han impedido un mayor desarrollo y esparcimiento del haya en el Sistema Central durante el pasado.
La investigación, publicada en la revista científica Ecosystems, describe cómo la especie `Fagus sylvatica L.´ en el Sistema Central, que comprende los hayedos de Tejera Negra (Guadalajara), La Pedrosa (
Segovia
) y Montejo (Madrid), se encuentra actualmente en avance. Así lo explica Rut Sánchez de Dios, investigadora del departamento de Biodiversidad, Ecología y Evolución de la UCM: “Este comportamiento no se corresponde, en absoluto, con el esperable en un relicto climático en uno de sus límites de distribución. Gracias a este trabajo sabemos que, al menos para los hayedos del Sistema Central, tenemos que cambiar nuestra concepción de estos bosques. Esto no quita que los hayedos mediterráneos se vean afectados negativamente en un futuro próximo por los efectos del calentamiento global”.
En este sentido, atendiendo a la investigación, el haya pudo beneficiarse en su expansión de los terrenos libres y fáciles de ocupar facilitados por estas primeras sociedades en estas montañas. “Es más, pronto las mismas perturbaciones que al principio favorecieron la expansión de esta especie en el área comenzaron también a impedir su avance haciendo que los hayedos hayan llegado hasta nuestros días en pequeños enclaves y con un desfavorable estado de conservación en algunos casos”, señala Sánchez de Dios.
En cuanto al contenido, el trabajo fija citas históricas sobre estos bosques que mencionan incendios periódicos para favorecer pastos, problemas de regeneración debido al sobrepastoreo y talas para la extracción de leña y carbón. El estudio se completa con una revisión bibliográfica de datos paleobotánicos y citas históricas, donde se compara cartografía histórica e imágenes satelitales actuales con análisis climáticos, dendrocronológicos y demográficos.
“Estos hayedos presentan una peculiaridad administrativa que ha afectado tradicionalmente a su gestión y conservación. Aunque su área de distribución es reducida, se encuentra repartida entre las provincias de
Segovia
, Guadalajara y Madrid, pertenecientes a tres comunidades autónomas distintas. Esto ha dificultado el estudio global de estos bosques”, admite la bióloga de la UCM.
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