Las máximas, que volverán a superar los 20 grados este fin de semana, animan las terrazas
Clientes disfrutan del buen tiempo comiendo en la terraza del Mesón de Cándido ayer, cuando volvieron a rozarse los 21 grados. / Antonio de Torre
Las altas temperaturas de las últimas semanas de octubre van camino de convertir el presente mes en el más caluroso de la historia, al menos, desde que existen datos fiables (1974). Eso a pesar del ligero descenso de las máximas registrado durante la jornada del miércoles, cuando la caída térmica situó la mínima en 9,3 grados, fruto de la entrada de un frente frío asociado a los restos del huracán Gonzalo. Y aún así la máxima volvió a rondar los 20 grados, temperatura que los termómetros volverán a superar este fin de semana.
¿Es normal el presente veranillo al borde ya de noviembre? Pues sí y no. «Estos vaivenes y picos de las temperaturas entran dentro de la variabilidad del clima típico en nuestra latitud», aclara el jefe de Predicción de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Juan Pablo Álvarez, quien reconoce que la media de lo que va de octubre, eso sí, va a dejar un mes «extremadamente cálido».
La ausencia de lluvias desde las tormentas registradas a comienzos del mes y la previsión de que apenas caiga una sola gota en lo que resta hasta noviembre permitirán cerrar octubre en unos guarismos bastante similares a los registrados hasta la fecha. «Todo apunta a que va a ser un mes extremadamente cálido, si bien las temperaturas han comenzado ya a situarse en los valores normales para esta época, es decir, en torno a los veinte grados de máxima», vaticina el meteorólogo de la Aemet antes de concretar que el responsable de las altas temperaturas han sido, y aún lo serán de cara al fin de semana, «unos sistemas de bloqueo que impiden la entrada de masas de aire frío». Esta última solo rozó ayer la península y se retirará de nuevo para dejar picos de entre 23 y 24 grados a lo largo del sábado y el domingo. Luego las máximas irán descendiendo progresivamente a los 20 grados.
Después de un verano un tanto atípico –fue el tercero más frío registrado en los últimos cinco lustros–, los hosteleros segovianos están encantados con el veranillo de estos últimos días de octubre, que está animando el negocio. «El buen tiempo que está haciendo es una regalo para Segovia. Tú piensa que esta provincia, con veranos calurosos y secos e inviernos fríos y secos, depende mucho de la meteorología. Alargar el veranillo viene muy bien, y más teniendo en cuenta que el verano ha sido regular», afirma el presidente de la Asociación de Industriales y Hosteleros (AIHS), Julián Duque, quien cifra en alrededor de un 50% el aumento de la actividad que lleva aparejado el buen tiempo.
«Sobre todo los fines de semana, el buen tiempo hace que vengan muchos madrileños y se den un paseíto por la capital y también por la provincia», indica Duque, quien advierte de que pronto «llegarán las lluvias y la nieve en Navacerrada y
La Pinilla
, que también está muy bien para que vengan esquiadores».
Pero está claro que nunca llueve, o deja de llover, a gusto de todos. Las altas temperaturas a estas alturas del año pueden traducirse en más visitas, pero no favorecen al comercio en sectores como el textil y el calzado. «Como casi todas las cosas que no van a su orden, a nosotros este buen tiempo nos viene mal», afirma el vicepresidente de la Agrupación de Comerciantes (ACS), Francisco Javier Castaño. Hasta el punto de que «si estas temperaturas duran un poco más, y dada la situación de crisis económica y paro, corremos el riesgo de que los clientes esperen ya a la campaña de rebajas para hacer sus compras», apunta.
Para ver los gustos y comentarios de las pesonas, deberá registrarse.