Marcas españolas pelean por vestir a los aficionados al esquí con sostenibilidad y diseño
Es momento de calzarse los esquíes y deslizarse por las pistas. La equipación es un asunto estrella, y las marcas españolas compiten con las internacionales a base de diseño y resistencia, con una firme apuesta por la sostenibilidad
Marcas como Tsunami, Söll o
Santoyo
tienen una larga trayectoria con varios puntos en común: la afición de sus creadores a este deporte; son empresas familiares y buscan ofrecer una confección respetuosa con el medio ambiente.
Tsunami es una empresa familiar, ubicada en el Valle de Arán, creada en 1985 por José María Llinás. No tener en cuenta la sostenibilidad, en un deporte como el esquí, "no tiene sentido", ha manifestado a EFE Mireia Mercadal, directora de diseño de la marca.
Por ello utilizan tejidos reciclados y menos agua en los tintes, además de eliminar los acabados externos.
En la misma línea, Albert Vicent, fundador de Söll, explica que su propuesta se construye sobre materiales reciclados, tanto en los aislantes como en las prendas con pluma, con una clara apuesta por la segunda vida de las prendas. "Hay que frenar el consumo, seguir así es insostenible".
Estados Unidos, Latinoamérica, Asia, Italia, Austria o Francia son el principal destino de sus prendas, además de España. "Somos líderes en ventas en un sector supercambiante", ha señalado Mercadal, que recuerda que Tsunami fue la primera empresa en entallar la ropa de esquí. "Antes era unisex hasta que decidimos crear teniendo en cuenta la silueta femenina".
Mercadal reconoce que cuesta mantenerse en un sector con tanta competencia. "Hemos sobrevivido con mucho trabajo, esfuerzo e investigación".
Desde 2002, diseña y produce ropa de esquí desde Sabadell (Barcelona). Comenzó en el sector al no encontrar prendas para equipar a sus hijas. "Solo encontraba prendas técnicas a partir de ocho años", explica a EFE. Ahora su producción se ha extendido de infantil, a mujer y hombre.
Asegura que la tendencia es que los aficionados se inclinen por diseños internacionales. "En España el mercado es pequeño: aquí tenemos 30 estaciones mientras que en Francia disponen de 300", ha añadido a modo de ejemplo.
José
Santoyo
, fundador de
Santoyo
en 1981, fabrica prendas de esquí desde
Riaza
(
Segovia
) para grupos, en especial para profesores y trabajadores de las estaciones, diseños personalizados y bajo demanda para reducir el excedente de producción.
"Nunca hemos querido trasladar la producción fuera de España; ha sido difícil, seguir en la brecha ha sido consecuencia de ir adaptándonos en cada momento a las circunstancias", e incide en utilizar cada vez más materiales reciclados y reciclables.
"Invertimos en tecnología, en sistemas automatizados de corte, de compresión, porque es un deporte que necesita prestaciones técnicas muy buenas", ha argumentado.
"Se nos va la vista a diseños bonitos, pero a lo mejor no son las prendas más adecuadas para este deporte, que necesita componentes específicos para evitar el frío y la transpiración", incide Santoyo.
Marcas como Scalpers, Oysho o Blue Bannana se han lanzado del diseño de moda a la confección de prendas de esquí.
Nacho Rivera y Juan Fernández-Estrada fundaron Blue Banana, una firma asociada a deportes como el surf, el esquí y el skate, que también tiene en la sostenibilidad su carta de presentación, con materiales reciclados.
Desde hace dos años, Scalpers ha abierto el foco a la ropa deportiva y técnica con un impacto positivo en el planeta. "Para gran parte de los abrigos utilizamos poliéster reciclado, las plumas también", han señalado. Distribuyen principalmente en el mercado nacional.
La firma gallega elPulpo acaba de presentar su primera colección cápsula de `après ski´, en colaboración con la Real Federación Española de Deportes de Invierno (RFEADI), SpainSnow, tanto para Olímpico como Paraolímpicos, una propuesta que llega tras convertirse, el año pasado, en su proveedor oficial
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