Llevan una temporada destacada, a base de actuaciones importantes, y están llamados a ir ocupando un sitio en las principales ferias taurinas. Sin embargo, este lunes en
Riaza
, tanto Sebastián Fernández como Duarte Fernandes, dos jóvenes rejoneadores que son ya toda una realidad dentro del escalafón, no tuvieron la mejor de sus tardes. En gran parte, por el escaso juego que propiciaron los astados de la ganadería portuguesa de Couto de Fornilhos, sin movilidad, ni celo y complicados en líneas generales. Ante esta situación, anduvo más inteligente el jinete luso que, sin terminar de redondear sus dos faenas, logró cruzar el trance con formalidad y apuntarse una oreja de cada ejemplar de su lote -el más fuerte- para salir en hombros del coso
riazano
y sumar un nuevo triunfo a su campaña. El rejoneador granadino, pese a dejar dos actuación de disposición, empañó su tarde con los aceros; y el duelo ‘Fernández-Fernandes’ cayó, en esta ocasión, de parte de la solvencia portuguesa.

aída de Sebastián Fernández del caballo y cogida del astado de Couto de Fornilhos a la montura. / A.M.
Además, Sebastián Fernández sufrió un percance en los primeros compases de la lidia al encontrar un problema con el piso de plaza. El caballo perdió las manos y cayó al suelo de manera fea, yendo el astado a por la montura. Tras unos angustiosos instantes, el binomio se recompuso, pero el ejemplar de Couto de Fornilhos, hondo, con morrillo y un tanto musculado, no regaló nada. Siempre a la defensiva y esperando mucho. El granadino dejó pasajes notables con las banderillas, aunque el comportamiento reservón del novillo dificultó su labor en la suerte suprema y el trasteo tomó tintes de largometraje al atascarse con el uso de los aceros.

Sebastián Fernández clava una banderilla en su actuación en Riaza. / A.M.
No fue la tarde más boyante de Fernández, pese a tirar de disposición con el segundo de su lote, el más desigual del encierro. Por momentos estuvo impreciso, pero consiguió enderezar su actuación con capacidad ante un novillo de pobre juego. Marró de nuevo en la suerte suprema y se fue de vacío del coso riazano.

El astado de Couto de Fornilhos llega a la montura del rejoneador portugués Duarte Fernandes. / A.M
SOLVENCIA DE FERNANDES
Por su parte, Duarte Fernandes, que venía de triunfar con ejemplares de la ganadería de Monteviejo, de Victorino Martín, el día de antes, se encontró con un manso con complicaciones. Un novillo muy abanto, que pronto quedó emplazado, y el jinete portugués tuvo que provocar su embestida para aprovechar su inercia y dejar banderillas con cierta pulcritud. Anduvo certero con el rejón de muerte y paseó un trofeo.

Duarte Fernandes, en Riaza. / A.M
Sorteó otro astado fuerte, pero sin brío y soso, que dio lugar a escaso lucimiento. El joven luso tiró de entrega, aunque sin pisar los terrenos de la emoción. No faltó voluntad con los rehiletes, pese a no ajustarse por el peligro sórdido que tenía el animal, y realizó una serie de piruetas pero el astado no lo acompañó. Actuación inteligente del portugués, que sin terminar de encontrar eco le valió para cortar otra oreja tras despachar al novillo con tino. Finalmente, abandonó en hombros la plaza riazana.
Ficha
Plaza de Toros de Riaza. Segundo festejo de feria. Novillada de rejones. Más de dos tercios de entrada. Novillos de Couto de Fornilhos, desiguales de presentación y de pobre juego.
Sebastián Fernández, silencio (aviso) y silencio.
Duarte Fernandes, oreja y oreja.
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