Así se pudo descontrolar el incendio de Peñalba de la Sierra, el más grave de Guadalajara en años según Roberto Mangas
El incendio de Peñalba de la Sierra, en la Sierra Norte de Guadalajara, deja ya un rastro de más de 3.000 hectáreas quemadas y un intenso debate sobre la gestión de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Roberto Mangas, director de El Heraldo del Henares, ha seguido de cerca el desarrollo del fuego y los múltiples despropósitos que, según él, provocaron que un conato inicial se convirtiera en uno de los peores incendios recientes de la provincia.
El fuego comenzó en la madrugada del domingo 21 de septiembre, aunque la primera llamada de aviso la realizó un cazador antes de las 5:30 h. A las 8:13, según la página de información de incendios de la Junta (FIDIAS), se detecta oficialmente el incendio. Durante las primeras horas, solo se movilizó un retén con apoyo de dos helicópteros. Mientras tanto, otros equipos permanecían haciendo labores de desbroce y mantenimiento de montes, pagadas por la Unión Europea, lo que dejó desprotegida la zona afectada por el fuego.

Mangas denuncia que la Junta minimizó la gravedad del incendio, calificándolo de “zona leñosa no arbolada”, y que la dirección técnica brilló por su ausencia. La falta de planificación provocó retrasos: los retenes de Cuenca y Ciudad Real tardaron en llegar, y Guadalajara no contaba ni con camión nodriza disponible, que tuvo que ser traído desde Albacete. Solo el cambio de las condiciones climáticas, con descenso de temperaturas y humedad, permitió controlar finalmente el fuego.
Entre los primeros días, la gestión del incendio fue criticada por sindicatos como UGT, Comisiones Obreras y CSIF, así como por asociaciones ecologistas. La paralización de la mayor parte de la plantilla de extinción (75%) el 19 de septiembre, supuestamente por recortes y decisiones administrativas, fue determinante para que el incendio se descontrolara. Mangas subraya que se dejaron decenas de trabajadores dedicados a tareas forestales mientras el fuego avanzaba.
El periodista también alerta sobre la pésima comunicación oficial. Las labores de extinción desde el plano político, liderada por la consejera Mercedes Gómez y responsables como Miguel Aguilar y Rubén García, presentó una versión distorsionada de los hechos, minimizando el alcance y defendiendo decisiones cuestionadas. La demora en decretar el nivel dos de alerta, que implica solicitar ayuda a otras comunidades, contribuyó a que la UME y medios de Madrid y Castilla y León tuvieran que intervenir posteriormente para controlar el fuego.
En cuanto a las cifras, Roberto Mangas detalla que el incendio afectó aproximadamente 2.600 hectáreas en Guadalajara y 400 en
Segovia
, totalizando unas 3.000 hectáreas. Más de 1.000 personas y 200 medios aéreos y terrestres participaron en la extinción. Sin embargo, durante los primeros días, los recursos fueron claramente insuficientes: solo un retén activo, sin medios adecuados ni apoyo logístico, enfrentando vientos y sequedad extremas.
Mangas concluye esta entrevista que esta gestión evidencia la falta de preparación y profesionalidad de la Junta castellanomanchega, y advierte que si el incendio hubiera ocurrido en pleno agosto, las consecuencias habrían sido aún más graves. También cuestiona las condiciones laborales de los retenes, que trabajaban sin recursos suficientes y con recortes presupuestarios, y critica que la comunicación institucional haya sido opaca y confusa, dejando a los ciudadanos desinformados sobre la magnitud del desastre.
En definitiva, el incendio de Peñalba de la Sierra, a esta hora tras 11 días activo aún, no solo arrasó un paraje natural de gran valor ecológico y paisajístico, sino que expone las graves deficiencias en la planificación, coordinación y transparencia de la gestión de emergencias en la provincia de Guadalajara.
Aquí puedes ver la entrevista completa con Roberto Mangas, muy crítico con todo lo que está ocurriendo.
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